Dardos, un juego muy británico

Juego de dardos
Dardos

EL juego de los dardos tiene su origen en la Edad Media en Inglaterra. Los arqueros tenían unas flechas cortas para los combates cuerpo a cuerpo y en sus ratos libres, se entretenían lanzándolas contra un tocón de un árbol, que usaban como diana. Un invierno, alguien tuvo la idea de colgar una sección de un tronco en la pared de una taberna y así se empezó a jugar a los dardos en interiores. El juego se compone de los dardos y una diana contra la que lanzarlos.

Más tarde, en el siglo XVI, los dardos fueron uno de los pasatiempos favoritos de los Tudor. De hecho, Ana Bolena regaló un juego de dardos a su marido, el rey Enrique VIII. El juego llegó a América de la mano de los peregrinos del barco Mayflower en 1620.

Es uno de los juegos más populares en Gran Bretaña y prácticamente todos los pubs ingleses tienen una diana para lanzar unos dardos.

Las dianas tienen varias zonas de distinta puntuación, siendo el centro, lógicamente, la de mayor cantidad de puntos. En distintos lugares pueden cambiar las normas respecto a cómo debe ser una diana y cómo debe estar colocada. Debe estar a una altura determinada, los jugadores se deben colocar a una distancia estipulada y la diana debe tener una medidas específicas.

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