El yoyó es un juguete para hacer acrobacias con la mano, que consiste en dos discos unidos por un eje en el que se enrolla un cordel, que atado a un dedo, se puede hacer subir y bajar con un movimiento de muñeca. Su origen es algo incierto, aunque se cree que fue en China. En la Antigua Grecia también se usaba, ya que se ve reflejado en decoraciones de cerámica griegas. En el siglo XVIII se hizo muy famoso al aficionarse a él la aristocracia francesa y británica.
Históricamente ha sido un elemento antiestrés para muchas personas, incluso líderes famosos, además de un mero entretenimiento. Su uso se ha ido perfeccionando haciendo distintas figuras con el hilo estirado antes de recogerlo, como el perrito, el columpio, etc. Con el tiempo han llegado a hacerse auténticas acrobacias con este juguete y hasta hay competiciones internacionales de yoyó.
Hoy en día se pueden encontrar muchas modalidades. Hay yoyós fabricados con distintos materiales, incluso algunos con luces que se encienden al descender el disco. Los hay para niños, para profesionales, para adultos, para aficionados, en fin, para todos los gustos y colores. Un juguete con mucha historia.